El cine nació como una forma de espectáculo al ofrecer la posibilidad a los espectadores de recrear el pasado, imaginar el presente y visualizar el futuro. Al principio los filmes tenían poco metraje y trataban pequeños eventos cotidianos o temas muy simples. Hasta el siglo XX no apareció una trama reconocible. Los primeros pioneros es construir esa narrativa no estaban en Hollywood, que aún no existía como la meca del cine, sino en Europa, con los cineastas franceses, que fueron: Georges Méliès, Charles Pathé y Ferdinand Zecca. El corto de un minuto titulado A la conquête de l'air (1901), dirigido por Fernand Zecca, mostraba a su protagonista volar en un extraño artilugio sobre las calles de París. El filme fue producido por Pathé Frères, la compañía fundada en 1896 por Charles Pathé y su hermano Emile. Ambos eran restauradores y en referencia a sus orígenes culinarios, utilizaron un gallo como su logo comercial, símbolo que ha acompañado a la compañía francesa hasta la fecha. Geoges Méliès, que asistió a la primera proyección pública de los hermanos Lumière, fu e e l primer o en captar las posibilidades del cine como un vehículo de ilusión y fantas ía, mezclan do temas fantásticos y elementos macabros. La fantasía muda L'hom me à la tête en caoutchouc (1901) fue un ejemplo, donde se muestra un científico (interpretado por el propio Méliès) que se dedica a inflar su propia cabeza con un tubo de goma, un ayudante repite el experimento pero al inflarla demasiado acaba explotando. A pesar de todas las deslumbrantes inovaciones cinematográficas que desarrolló Méliès, sus películas nunca acabaron con sus raíces teatrales. De esta forma el cine fue foco central de muchos pioneros al rededor del mundo. En India, el pionero D. G. Phalke se dedicó al cine tras ver un filme sobre la vida de Cristo, con esa inspiración nació Raja Harishchandra (1913), un elaborado y ambicioso drama de época con una duración de 40 minutos basado en la mitología hindú y que marcó el inicio de la industria cinematográfica en India. Los cineastas primitivos Italianos combinaron temas mitológicos con puestas en escena de gran espectacularidad, como la obras de Dante en L'inferno (1911), considerado el primer largometraje italiano de la historia. Al mismo tiempo el género histórico se desarrolló a través de notables producciones como La caduta di Troia (1911), dirigida por Giovanni Pastrone y Gli ultimi giorni di Pompeii (1913) de Mario Caserini. Coetáneamente a la labor de estos pioneros nació La Société Film d'Art con la intención de aumentar el nivel artístico del cine, y por ello se especializó en estupendas adaptaciones literarias y de temas históricos, el primero y más reconocido ejemplo fue L'assassinat du duc de Guise (1908), dirigida por Charles Le Bargy.
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AuthorCarlos Morales. ArchivesCategories
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