CON CUALQUIER OTRO NOMBRE.
Algunos nombres tenían asociaciones demasiado negativas: el apellido Hedwig Kiesler no se consideraba elegante, y se transformó en Hedy Lamarr. Sólo cuando empezó a perder importancia el antiguo sistema de estudios, actores como Jack Lemmon pudieron rechazar que se les cambiara el nombre. Estrellas como Arnold Schwarzenegger y Renée Zellweger consiguieron forjarse una carrera estelar manteniendo, con orgullo, sus apellidos.
LAS VERDADERAS ESTRELLAS DEL CINE.Las representaciones de las heroínas virginales, tanto con sentimiento de Lillian Gish, como de manera juguetona, de Mary Pickford, durante la era del cine mudo fueron contrarrestadas por dos representaciones de mujeres sexuales. Unas eran las vamps, diminutivo que definía a las vampiresas voraces que destruían a los hombres de clase media-alta y cuya representación emblemática fue la de Theda Bara en A Fool There Was (1915). Las otras eran las llamadas flappers que, en la década de los años 20s, sustituyeron a las vamps con su retrato de mujer hedonista. Pero no maligna representadas por Colleen Moore y Clara Bow, la chica It del momento. GABRIELLE D'ANNUNZIO.
D’Annunzio era un verdadero erudito: poeta famoso, periodista, escritor de obras de teatro, y pensador político. Aunque solo escribió algunos guiones, muchas de sus novelas, poemas y obrad de teatro fueron adaptadas al cine, y algunas como La Gioconda (1899), se adaptaron varias veces. El fuerte vínculo entre D’Annunzio y el pensamiento fascista en Italia tras el ascenso de Benito Mussolini al poder mintió su reputación, aunque cabe reconocer que su innovador trabajo todavía sigue siendo fascinante.
EL CINE ÉPICO.Las películas épicas se conocen por sus presupuestos desmesurados, decorados deslumbrantes, sus repartos, la profundidad de campo y sus efectos especiales. En los primeros años del cine, la tecnología limitaba la capacidad de los directores, pero a medida que fue mejorando se empezaron a crear obras de más grandes dimensiones. Encuentra sus raíces en Italia, donde los directores se basaban en el pasado clásico de su país para hacer películas visualmente extravagantes y operísticas. Enrico Guazzoni empleó unos 5.000 extras y gastó un total de nueve bobinas, para lo que sería la primera película con dos horas de duración: Quo Vadis? (1912), ambientada en la Roma cristiana.
productora líder del momento, Gaumont Pictures. |
AuthorCarlos Morales. ArchivesCategories
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